David Helfgott es un niño judío australiano portentosamente dotado para el piano. Vive dominado por su tiránico padre, obsesionado por el triunfo de su hijo. David, torturado adolescente, obtiene premios y becas. Al entrar en la mayoría de edad se aleja de su padre, que le repudia para siempre. Tras un grandioso triunfo sufre un trastorno mental y es internado durante diez años. La película comienza con su lenta reaparición como pianista, siempre raro y excéntrico. Frecuentes flashbacks, muy bien ordenados, reconstruyen su historia en un crescendo de intensidad dramática, de suspense, de creciente goce al recuperar el piano, éxtasis que se transmite al espectador que pueda apreciar la música.
La mayor parte de los conciertos están interpretados por el propio David Helfgott: el n. 3 en re menor de Rachmaninoff, y su Preludio en do menor. Rapsodia húngara n. 2, La campanela y Sospiro. Preludio n. 15 de Chopin. El vuelo del moscardón. (Extractado de Pedro Antonio Urbina, Aceprensa)